No hace tanto tiempo que te sentaste y te estremeciste, contando los minutos que faltaban para que pudieras lanzar ese mortero. Y ahora, aquí estás, listo para embarcarte en una carrera universitaria o en un trabajo importante.
Sin embargo la vida fuera de la escuela preparatoria es muy diferente, por lo que te damos algunos consejos que te seran de mucha ayuda a la hora de ir a la univeridad y de la vida en general
- Gánate tu camino. Si no puedes encontrar un trabajo, invéntate uno, porque no tienes derecho. Vivir del Estado o de la chequera de tus padres no te convierte, y desde luego no te hace un “partido” atractivo. Si estás en la universidad y buscas las clases o los profesores “fáciles”, el resto de tu vida reflejará cierta pereza. Más adelante, aunque ahora parezca un concepto extraño, en realidad te apetecerá contarle a la gente los trabajos sudorosos y podridos que tuviste al principio, los retos del bachillerato no serán lo mismo, pero ahora tendrás nuevos para lidiar.
Manténgase conectado.
En algún lugar de tu pasado hay alguien que realmente quiere que lo consigas. Un profesor. Un entrenador. Un líder juvenil. Puede que no se ofrezcan directamente a ser tus mentores, pero se sentirán honrados si les pides consejo. Hay mucha sabiduría ahí fuera para pedirla.
- Deja de lado la rutina del vago. El hecho de que te pongas a pensar en la altura de la pirámide de latas de cerveza que puedes construir o en el número de días seguidos que llevas la misma ropa interior se hace viejo. Recoge tus cosas. Limpia tu coche de vez en cuando. Usa el hilo dental.
- Escribe a tu madre. O a alguien que echas de menos o que te echa de menos. Diles que gracias, que qué hay de nuevo, que les quieres. ¿Y es mucho pedir?
- Hazte amigo de tu camino “hacia arriba”. Rodéate de perdedores y te convertirás en uno. Sal con gente que toma decisiones decentes, y lo más probable es que se te pegue.
- Alimenta tu alma. Date cuenta de que hay alguien o algo más poderoso en este universo que tú mismo. Ve a la iglesia. Reza. Medita. No dejes que una vida académica eclipse o ponga en peligro tu fe.
Muévete.
El fenómeno de los 15 años no es divertido. Es grasa. Tu cuerpo se merece ejercicio.
- Hazte con una espina dorsal. Sólo tienes una oportunidad de vivir tu adolescencia tardía. Haz que cuente para algo, y eso significa crear tu propio camino. Muy poca gente lo consigue “de la noche a la mañana”. La mayoría de nosotros tenemos éxito gracias a las pequeñas cosas que hacemos cada día en pos de un objetivo, y a menudo significa hacer sacrificios y sucumbir a la gratificación tardía. La medida más verdadera de tu carácter: cómo actúas cuando nadie te mira.
- No siempre se trata de ti. Tu salud mental puede enriquecerse buscando a alguien más necesitado que tú. Hazte voluntario en un refugio o en un comedor social. Haz favores. Cultivarás un corazón de siervo practicando el dar hasta que se convierta en algo automático.
- Enfréntate al espejo. ¿Cuántas veces piensas despertarte y arrepentirte de lo que has ingerido, o de con quién has pasado la noche? Vivir solo por primera vez puede ser eufórico, pero también ofrece múltiples oportunidades de crear un recuerdo que te perseguirá más adelante en la vida. Todo acto comienza con la decisión de decir sí o no, ser estudiante de bachillerato no es tan sencillo, pero no debes de complicarte la vida, es mas sencillo de lo que crees.
- Entender lo que es real. Hollywood y su interminable flujo de programas de “realidad” es una vergüenza para la raza humana. Conoce cómo estás conectado, y algo de tus raíces. Presta atención a las cosas que te ayudan a crecer. ¿Tu modelo a seguir es “Snookie”? ¿De verdad?
- Dos palabras finales, y hacen un trabajo tan bueno como cualquier otro al englobar los Diez Mandamientos, la Regla de Oro y todos los libros de autoayuda jamás escritos: Sé amable.
